Para muchos El fenómeno humorístico del año televisivo, un renuevo para el “estelar del pueblo” (MCC) y una alternativa atractiva-aparte de tanta exuberancia fémina- para el respetable público.
Lo cierto es que no todos asimilan el humor de la mejor forma; podríamos decir que cualquier fin justifica los medios, en este caso reírse, pero las variantes en quien recepta, el mensaje y el canal pueden ser factores donde fácilmente muchos se detienen a mitad del camino.
María José Quiroz (“Eva”) y Mariú Martínez (“Angélica”) son “las iluminadas”, actrices que haciendo parodias y gags han sabido provocar a través de la ironía y la exageración, unas cuantas carcajadas a la audiencia nocturna de la televisión chilena. Claro está, como anticipábamos, no todos llegan a la estación Risotadas por las mil variantes en el trascurso de la vía. En este caso: Los evangélicos.
¿Qué ha ocurrido para no concretar tan placentero fin?
Un recuerdo adolescente podría ilustrar lo que busco.
-Juan, ¿viste las orejas del compañero nuevo? ¿No se las tirará mucho la mamá en la casa?
- Já, ja, ja. ¡Cállate Luis y deja a Dumbo en paz!, Mejor contempla la frente de Ignacio, ¿no es acaso infinita?
- Já, ja, já. Podríamos jugar un partido de ajedrez ahí ¿verdad? Já, já, já.
- Ja, já, já ¡Ya para Luis! ¿Acaso tú nunca te viste los dientes? ¡Podrías cerrar la boca que estás rayando el piso, já, ja, ja, ja, já!
- ¿Mis dientes? ¿Qué te pasa Juan? Pensé que éramos amigos.
Luis siente que el humor para él cesó y cabizbajo se retira; ya que la hipérbole sobre sus dientes, además de seguir siendo humor, acusaban un conflicto personal y el reflejo de una ineludible realidad: el gran tamaño de sus dientes.
-Juan, ¿viste las orejas del compañero nuevo? ¿No se las tirará mucho la mamá en la casa?
- Já, ja, ja. ¡Cállate Luis y deja a Dumbo en paz!, Mejor contempla la frente de Ignacio, ¿no es acaso infinita?
- Já, ja, já. Podríamos jugar un partido de ajedrez ahí ¿verdad? Já, já, já.
- Ja, já, já ¡Ya para Luis! ¿Acaso tú nunca te viste los dientes? ¡Podrías cerrar la boca que estás rayando el piso, já, ja, ja, ja, já!
- ¿Mis dientes? ¿Qué te pasa Juan? Pensé que éramos amigos.
Luis siente que el humor para él cesó y cabizbajo se retira; ya que la hipérbole sobre sus dientes, además de seguir siendo humor, acusaban un conflicto personal y el reflejo de una ineludible realidad: el gran tamaño de sus dientes.
¿Hace falta entrar más en detalle?
¿No son acaso estas parodias- y otras como las del Club de la comedia, Inútiles y Subversivos, entre otros- un remedo en relación al mundo evangélico?
Quizá el tema en detalle cobra matices inaprensibles, por la diversidad de denominaciones protestantes -y seguro podríamos hacer algunas salvedades-, pero ¿No es ésta la iglesia que “sale al mundo” a través del Tedeum, muchas veces destacando su cotarro?, ¿No es acaso aquella que llega al Congreso entre gritos e insultos para ‘defender el nombre de Dios’ y ‘victoriosos’ son desalojados?
Pienso, ¿No son éstos conocidos por sus contramarchas contra una ley de antidiscriminación, entre otras? ¿Por sus movimientos anti-católicos, anti-homosexuales, anti-diversidad, etc.?
Y podríamos continuar, siquiera hemos entrado en temas dogmáticos, donde en muchos casos se ven violados los derechos de la mujer, el libre pensamiento, la libre opinión y expresión y una serie de llamativas prácticas por omisión. Pero aquello es harina para otro costal.
Entonces, ¿De qué se ríen las iluminadas?
Si la pantomima y el argot evangélico son sólo una ilusión y el fruto de dos comediantes, ¿Porqué rasgar vestiduras?
Mas si Luis tiene los dientes grandes, ¿porqué no empezar por aceptarlo?
¿No son acaso estas parodias- y otras como las del Club de la comedia, Inútiles y Subversivos, entre otros- un remedo en relación al mundo evangélico?
Quizá el tema en detalle cobra matices inaprensibles, por la diversidad de denominaciones protestantes -y seguro podríamos hacer algunas salvedades-, pero ¿No es ésta la iglesia que “sale al mundo” a través del Tedeum, muchas veces destacando su cotarro?, ¿No es acaso aquella que llega al Congreso entre gritos e insultos para ‘defender el nombre de Dios’ y ‘victoriosos’ son desalojados?
Pienso, ¿No son éstos conocidos por sus contramarchas contra una ley de antidiscriminación, entre otras? ¿Por sus movimientos anti-católicos, anti-homosexuales, anti-diversidad, etc.?
Y podríamos continuar, siquiera hemos entrado en temas dogmáticos, donde en muchos casos se ven violados los derechos de la mujer, el libre pensamiento, la libre opinión y expresión y una serie de llamativas prácticas por omisión. Pero aquello es harina para otro costal.
Entonces, ¿De qué se ríen las iluminadas?
Si la pantomima y el argot evangélico son sólo una ilusión y el fruto de dos comediantes, ¿Porqué rasgar vestiduras?
Mas si Luis tiene los dientes grandes, ¿porqué no empezar por aceptarlo?
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Enviado por: http://colectivodecronopios.tumblr.com/
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