 
  Notas de mi caminar en el CREE 
 Sergio Jeria C. 
 
Conocí a Cristo en una pequeña iglesia bautista de la ciudad de Talagante a los quince años, pero mi crecimiento cristiano lo experimenté en una congregación pentecostal. Ingrese a la Universidad de Santiago en 1978 a estudiar Licenciatura en Educación en Castellano. Fue en este contexto donde me desarrolle como líder estudiantil del Grupo Bíblico Universitario (GBU): Esta experiencia fue vital en mi desarrollo cristiano, pues la comunión interdenominacional, la fe pensada en un contexto más amplio que las cuatro paredes de la iglesia y las convicciones de fe, permitieron una visión más amplia de la vida cristiana y el inicio de una conciencia reflexiva más profunda del Evangelio y su praxis. 
En esos días Chile vivía momentos difíciles en su contexto social y político. Las universidades hacían su tarea con rectores delegados y con vigilancia de organismos militares, lo que daba un cariz terrorífico a todo lo que se pudiera hacer y decir en contra del gobierno de turno. En este ambiente desarrollábamos nuestra misión de testificar de Cristo a los estudiantes.
Fue en medio de esta realidad, que muchos comenzamos a preguntarnos qué decía nuestra fe y la Palabra acerca de esta contingencia. En el GBU palpitaba en muchos estudiantes el llamado a buscar respuestas ante un panorama tan candente. Las conversaciones después de las reuniones de núcleo en las facultades y escuelas no hacían otra cosa que proyectar dudas, inquietudes y preguntas sin respuestas claras.
En 1981 llegará al GBU de Santiago como obrero asesor Víctor Rey. Lo menciono porque su liderazgo fue trascendente para la generación de estudiantes de ese tiempo. Entre ellos estaban Magaly Herrera, Pedro Pinto, Hernán Zapata, Daniel Varela, Juan Cerda, Manuel Muñoz. Todos anhelábamos un espacio y un tiempo para desarrollar la comunión y la reflexión.
Ese tiempo y ese espacio germinó el sábado 4 de junio de 1983 en una de las salas del Instituto Evangélico de Chile (IECH) ubicado en Avda. Brasil. Allí fuimos convocados estudiantes de instituciones teológicas y universitarias. Provenientes del GBU estábamos Hernán Zapata y quien escribe.
John Stoft en uno de sus libros señala que “la vida cristiana es un peregrinaje constante, donde nuestras ideas erróneas se modifican y nuestros conceptos equivocados dejan lugar a convicciones verdaderas y profundas, nuestra gran ignorancia comienza a aminorarse”. El caminar en el CREE ha sido de esta clase de peregrinaje. La reflexión teológica, el dialogo, la comunión y la amistad han sido notas distintivas del quehacer en el CREE.
Estudiantes, profesionales, profesores de teología, hombres y mujeres laicos han aportado a la investigación, la docencia, la acción social, las labores pastorales y la misión de la Iglesia desde una perspectiva evangélica y en dialogo ínter-confesional buscando respuestas e intercambiando ideas en un clima de hondo respeto.
Temas como la responsabilidad social y política de la Iglesia , la misión integral, la misión y la Biblia, el Evangelio y el Reino de Dios, la pena de muerte, son solo algunos de los tópicos abordados en la agenda del CREE en todos estos años. Cada época histórica nos ha desafiado a pensar nuestra fe en medio de los conflictos que plantea la post modernidad. Con un secularismo que avanza y una iglesia evangélica que en algunos casos entrega un Evangelio espurio con una carencia de trascendencia; preocupado del exitismo y la prosperidad como fin último.
Esta situación hace más pertinente la misión del CREE donde nuestra fe es confrontada con las realidades que nos entrega el mundo hoy. El CREE en estos 27 años ha contribuido a forjar una generación de creyentes para los cuales creer es también pensar y adorar es también reflexionar y la historia del pueblo evangélico juzgará su real aporte a la Iglesia chilena.
No quisiera dejar pasar un signo de nuestra identidad como CREE. Quienes formamos parte de esta Comunidad de Reflexión concluimos que después de tantos años, como lo expresa el pastor Siegfried Sander en una de nuestras reuniones:” lo que permanece en la superficie de todo es la amistad”.
Al mirar atrás, muchos reconocemos la riqueza de las discusiones, el compromiso de vivir un Evangelio más auténtico y la sana camaradería forjada sobre los cimientos de una amistad genuina.
Al finalizar, quisiera honrar al Señor de todas las cosas, que con la luz de su Espíritu nos ha permitido recorrer un camino de 27 años junto al CREE.”A ti Señor, a ti no a nosotros, la honra y la gloria”.
En esos días Chile vivía momentos difíciles en su contexto social y político. Las universidades hacían su tarea con rectores delegados y con vigilancia de organismos militares, lo que daba un cariz terrorífico a todo lo que se pudiera hacer y decir en contra del gobierno de turno. En este ambiente desarrollábamos nuestra misión de testificar de Cristo a los estudiantes.
Fue en medio de esta realidad, que muchos comenzamos a preguntarnos qué decía nuestra fe y la Palabra acerca de esta contingencia. En el GBU palpitaba en muchos estudiantes el llamado a buscar respuestas ante un panorama tan candente. Las conversaciones después de las reuniones de núcleo en las facultades y escuelas no hacían otra cosa que proyectar dudas, inquietudes y preguntas sin respuestas claras.
En 1981 llegará al GBU de Santiago como obrero asesor Víctor Rey. Lo menciono porque su liderazgo fue trascendente para la generación de estudiantes de ese tiempo. Entre ellos estaban Magaly Herrera, Pedro Pinto, Hernán Zapata, Daniel Varela, Juan Cerda, Manuel Muñoz. Todos anhelábamos un espacio y un tiempo para desarrollar la comunión y la reflexión.
Ese tiempo y ese espacio germinó el sábado 4 de junio de 1983 en una de las salas del Instituto Evangélico de Chile (IECH) ubicado en Avda. Brasil. Allí fuimos convocados estudiantes de instituciones teológicas y universitarias. Provenientes del GBU estábamos Hernán Zapata y quien escribe.
John Stoft en uno de sus libros señala que “la vida cristiana es un peregrinaje constante, donde nuestras ideas erróneas se modifican y nuestros conceptos equivocados dejan lugar a convicciones verdaderas y profundas, nuestra gran ignorancia comienza a aminorarse”. El caminar en el CREE ha sido de esta clase de peregrinaje. La reflexión teológica, el dialogo, la comunión y la amistad han sido notas distintivas del quehacer en el CREE.
Estudiantes, profesionales, profesores de teología, hombres y mujeres laicos han aportado a la investigación, la docencia, la acción social, las labores pastorales y la misión de la Iglesia desde una perspectiva evangélica y en dialogo ínter-confesional buscando respuestas e intercambiando ideas en un clima de hondo respeto.
Temas como la responsabilidad social y política de la Iglesia , la misión integral, la misión y la Biblia, el Evangelio y el Reino de Dios, la pena de muerte, son solo algunos de los tópicos abordados en la agenda del CREE en todos estos años. Cada época histórica nos ha desafiado a pensar nuestra fe en medio de los conflictos que plantea la post modernidad. Con un secularismo que avanza y una iglesia evangélica que en algunos casos entrega un Evangelio espurio con una carencia de trascendencia; preocupado del exitismo y la prosperidad como fin último.
Esta situación hace más pertinente la misión del CREE donde nuestra fe es confrontada con las realidades que nos entrega el mundo hoy. El CREE en estos 27 años ha contribuido a forjar una generación de creyentes para los cuales creer es también pensar y adorar es también reflexionar y la historia del pueblo evangélico juzgará su real aporte a la Iglesia chilena.
No quisiera dejar pasar un signo de nuestra identidad como CREE. Quienes formamos parte de esta Comunidad de Reflexión concluimos que después de tantos años, como lo expresa el pastor Siegfried Sander en una de nuestras reuniones:” lo que permanece en la superficie de todo es la amistad”.
Al mirar atrás, muchos reconocemos la riqueza de las discusiones, el compromiso de vivir un Evangelio más auténtico y la sana camaradería forjada sobre los cimientos de una amistad genuina.
Al finalizar, quisiera honrar al Señor de todas las cosas, que con la luz de su Espíritu nos ha permitido recorrer un camino de 27 años junto al CREE.”A ti Señor, a ti no a nosotros, la honra y la gloria”.
Santiago, diciembre 9 de 2010
 
 
 
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